martes, 25 de enero de 2011

¿Qué es lo que ha hecho posible la caida del gobierno de Túnez?



El viernes 14 de enero los tunecinos vivieron un momento histórico para su país y para toda la región del Norte de África. Tras 23 años de un régimen corrupto y represivo, las revueltas que durante un mes sacudieron el país de norte a sur acabaron con la huida del Presidente Zine el-Abidine Ben Ali. Pero esta revolución, que algunos llaman la Revolución del Jazmín, otros la Revolución de Sidi Bouzid y otros la revolución de Mohamad Bouazizi, en honor al joven que se inmoló el 17 de diciembre en protesta por la situación económica y la corrupción después de que la policía le confiscase su puesto de fruta y verdura, ¿Qué es lo que ha hecho posible esta revolución?

El primer y principal factor ha sido, sin duda, el propio carácter de la sociedad tunecina. La presencia de una gran mayoría de jóvenes con alta formación universitaria enfrentados a la dura situación económica y a las altas tasas de desempleo y de corrupción ha sido clave en la canalización de la frustración ante la falta de expectativas y la injusticia instalada en el país. La edad media de la población tunecina está en torno a los 27 años, una ciudadanía joven a la que el régimen del anterior Presidente, Habib Burguiba, abrió el acceso a la educación a unos niveles muy altos e impensables hace unas décadas. Estos jóvenes han supuesto el motor de búsqueda de un cambio y de presión popular que ha desencadenado los levantamientos ciudad a ciudad y pueblo a pueblo, con un precio que ha sido alto: más de cien víctimas por todo el país. También en palabras de Mona El-Tahawy, lo singular de esta revolución es que “no ha venido de la mano ni de los islamistas, ni de invasiones extranjeras en el nombre de la democracia, sino de la propia juventud de este país”.

El Ejército. La autoridad del Gobierno tunecino se manifestaba a través de una fuerte presencia de la Policía, que trabajaba en estrecha alianza con el Presidente. Esto ha hecho que se conozca a Túnez como un “estado policial”, algo que aparece incluso registrado en alguno de los cables de Wikileaks relativos al país. El Ejército, en cambio, se ha mantenido en gran medida independiente del Gobierno de mano de hierro de Ben Ali y ha sido clave durante los levantamientos, ya que una alianza entre Presidente y Ejército habría reprimido con mucha mayor contundencia. Si es cierto el papel que se le adjudica al General en Jefe, del que se dice que se negó a acatar la orden de Ben Ali de abrir fuego contra manifestantes desarmados, esta institución habría sido clave en el momento histórico que vive el país.
   
Muchos medios se refieren al levantamiento de la sociedad tunecina como “la revolución de Twitter o “la revolución de Wikileaks”. Para muchas víctimas de la represión y activistas por los derechos humanos, tanto en Túnez como en otros países de la región, estos titulares suenan a un intento occidental de etiquetar de un modo homogéneo todo lo que sucede en la zona de Oriente Medio y Norte de África. El mérito del primer caso de derrocamiento de un régimen por presión de su propio pueblo en la historia moderna de la región es de los propios tunecinos, los medios han cumplido una importante función como altavoz de lo que estaba sucediendo. No los medios tradicionales, que no han dado cobertura a las revueltas hasta que la relevancia histórica de los hechos resultó innegable, pero sí Internet y los medios sociales, de los que los tunecinos se han servido para contar en primera persona al mundo lo que estaba sucediendo.

Articulo completo en: http://alianzas.periodismohumano.com/2011/01/17/la-victoria-del-pueblo-tunecino/ 

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